viernes, 25 de julio de 2008

ORIENTACIONES COMPLEMENTARIAS A LA GUIA

Mediante algunas estrategias y materiales, el Programa Ondas ha querido orientar a los niños, niñas y jóvenes, en conjunto con los maestros acompañantes para que aprendan de manera sencilla y divertida la aventura de desarrollar una investigación.

El deseo de investigar está motivado por el interés de conocer algo que no sabemos, de solucionar un problema, o de producir algo tangible. Sin embargo, no siempre es fácil pasar del deseo inicial a la obtención de resultados.

Esta dificultad casi siempre se debe a que no se conocen los procesos que permiten desarrollar paso a paso una investigación que esté enmarcada dentro de los parámetros científicos. Debido a esto y a que no se consigna de manera clara y ordenada lo que se desea hacer, muchas buenas ideas quedan truncadas o a mitad de camino.


¿QUÉ VAMOS A INVESTIGAR?

El problema a investigar

La formulación del problema de investigación es uno de los asuntos más importantes de todo el proceso de investigación y, en ocasiones, también el más difícil, sobre todo cuando se quiere ser creativo y original.

Pero, ¿qué significa formular un problema de investigación? Significa definir la pregunta que guiará nuestra investigación. Responde a las inquietudes: ¿qué problema queremos solucionar? ¿qué cosas queremos saber? ¿qué teorías o creencias queremos comprobar o refutar?

Las fuentes de los problemas de investigación

El problema puede surgir de muchas fuentes:

  • De fascinaciones específicas que sentimos sobre algún tema, aunque no podamos explicarnos de dónde surge este interés. Por ejemplo, la fascinación que sienten algunas personas por las serpientes, por las estrellas, por la colecciones de monedas o estampillas, por las culturas, por explicarse ciertos comportamientos de la gente, entre otros. Al ser detectadas, estas fascinaciones pueden convertirse en un motor muy valioso para desarrollar la necesidad de conocer más a fondo los eventos que nos fascinan y este interés puede contagiar a los demás.
  • De la observación de situaciones que suceden en la escuela, en la casa, en el barrio y en otros lugares.
  • De un ejercicio dirigido a identificar preguntas que se hacen los niños y los jóvenes. Estas preguntas que pueden ser maravillosas, locas, extravagantes, se pueden convertir en problema de investigación.
  • De necesidades o intereses de los maestros que logran entusiasmar a todo el grupo o parte de él.
  • De la información recibida en la televisión, en la radio, en el cine, de las conversaciones con la gente del barrio, de un tema tratado en clase, y que despierta el interés por profundizar sobre el tema.
  • De ideas fantásticas, de suposiciones, de creencias, de imaginar cosas que no existen que se convierten en motivo de discusión y que pueden generar la necesidad de clarificar las ideas al respecto o la necesidad de crear cosas.
  • De objetos de nuestro alrededor, de los que queramos conocer su funcionamiento, su historia, o que nos incitan a modificarlos o a inventar otros.
  • De libros que leemos, de información bajada en Internet o de películas que despiertan nuestra imaginación.

En fin, estas son sólo algunas de las posibles fuentes de donde pueden surgir los problemas de investigación. Los invitamos a explorar otras fuentes y a utilizar su creatividad para generar problemas.


Los problemas de investigación

No todas las inquietudes, intereses, preguntas, son necesariamente un problema de investigación. Un verdadero problema de investigación tiene características como las siguientes:

  • Llenan un vacio de conocimiento: La investigación debe aportar nuevos conocimientos que permitan comprender de manera distinta nuestra realidad.
  • Son pertinentes: La investigación debe arrojar resultados que beneficien y sean importantes y útiles para los integrantes del grupo que realiza la investigación, para la escuela o para la comunidad en donde se desarrolla; igualmente debe que contribuir a la solución de un problema.
  • Está delimitado: Un problema de investigación debe delimitarse claramente; es decir, deben definirse las posibilidades reales que se tienen para resolverlo en el contexto inmediato, ajustándose a los recursos, al tiempo y al espacio. Por ejemplo, puede ser válido plantear un problema de investigación como: ¿por qué hay tanta violencia en el mundo? sin embargo con los recursos y la información, el tiempo con el que contamos, es poco probable que desde el grupo de investigación podamos resolverlo. En cambio, si delimitamos el problema a la escuela y definimos como pregunta de investigación ¿cuáles son los conflictos más frecuentes dentro de la escuela y por qué se producen? es probable que podamos obtener respuestas a este interrogante.

Muchas veces en el mundo escolar se confunde la labor investigativa con la labor documentativa. Esto se refleja cuando a los alumnos se les pide como tarea que investiguen sobre un tema y ellos recurren a las bibliotecas o al Internet para copiar o imprimir lo que allí encuentran. Aunque una parte muy importante de una verdadera investigación es recurrir a fuentes como los libros para saber qué se conoce sobre el tema, éste es más un punto de partida que un fin. La investigación tiene como intención aportar un nuevo conocimiento, una nueva mirada de los fenómenos, una nueva teoría que explique mejor una realidad determinada, lo que justifica la necesidad de documentarse para saber hacia donde ir.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que frente a algunas preguntas la ciencia ya ofrece respuestas y por lo tanto no tendría sentido realizar una investigación que descubra lo que ya se sabe. Ante este tipo de preguntas una persona que no conozca la respuesta puede documentarse para responder a sus inquietudes. Algo muy distinto ocurre al plantear una pregunta a la que no se le conoce una respuesta con validez científica, o cuando se quiere refutar una teoría, o cuando se repite un experimento para probar una cosa distinta a la que se había obtenido antes. En estos casos se habla de un verdadero problema de investigación.


La formulación del problema de investigación

Una manera sencilla de plantear los problemas de investigación es a través de la formulación de preguntas. Términos como ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuántos? son útiles en el momento de formular las preguntas de investigación. Sin embargo, existen otras maneras de formular los interrogantes, por ejemplo, podemos describir qué es lo que queremos hacer. Un proyecto de investigación sobre las leyendas de la región puede formular su problema de dos maneras diferentes:

Forma uno: ¿Cuál es el origen de las leyendas que se escuchan en la región?

Forma dos: Queremos investigar sobre el origen de las leyendas que se escuchan en la región

Por otra parte, la investigación puede estar conformada por una o más preguntas sobre el tema. En nuestro ejemplo anterior, la investigación puede formularse así:

¿Cuáles son las leyendas más importantes de la región? ¿Cuál es su origen? ¿Qué significan? ¿La gente cree que son ciertas?

Es importante registrar cómo surgió la idea de realizar la investigación.


El nombre del proyecto de investigación

Una vez definido el problema de investigación podemos buscarle un nombre llamativo, original y que tenga relación con el tema que estamos abordando en nuestra investigación. Programas tan importantes como la conquista espacial han tenido nombres como Apolo y Géminis.

Sugerencia:

§ Bauticemos entre todos el proyecto

§ Démosle un nombre corto, sonoro y claro

§ Hagamos logotipos y afiches distintivos del proyecto, de manera que todos en la escuela, el club y la comunidad sepan de nuestra existencia

Los antecedentes de la investigación

Después de formulado el problema de nuestra investigación debemos hacer un recuento de lo que sabemos sobre el tema, de cómo lo supimos y emprender una búsqueda de trabajos que sobre nuestro tema han realizado otros investigadores: pueden ser cosas que hemos aprendido en la escuela, en los libros, que nos contó alguien, que vimos en la televisión, en Internet, que conocemos porque nosotros u otros han hecho investigaciones sobre el mismo tema.

El hacer esto nos asegura que podemos avanzar en la construcción de nuevos conocimientos a partir de lo que otros han hecho antes que nosotros y nos evita descubrir el agua tibia.


La justificación de la investigación

Toda investigación debe tener razones que justifiquen la dedicación de tiempo y recursos para llevarla a cabo. Estas razones pueden ser de diverso tipo: por ejemplo, la investigación nos ayuda a comprender un fenómeno, a solucionar un problema, a desarrollar tecnologías, a ampliar nuestro conocimiento sobre un tema específico, etcétera.

Debemos tener muy claro por qué es importante realizar nuestra investigación. Para la formulación de la justificación podemos preguntarnos ¿qué pasaría si no hacemos la investigación? ¿qué cosas lograremos, comprender y/o cambiar con sus resultados?

Los objetivos de la investigación

Los objetivos de la investigación son la forma de concretar la idea de lo que queremos lograr con ella. En los objetivos se plantean los resultados que se desean alcanzar. Los objetivos deben mostrar una relación clara y consistente con la descripción del problema y específicamente con las preguntas y/o hipótesis que se quieran responder.

Los objetivos pueden ser generales y específicos.

En el objetivo general del proyecto establecemos los propósitos globales de la investigación. Se recomienda formular un sólo objetivo general.

En los objetivos específicos definimos los propósitos parciales que queremos lograr con la investigación y que, sumados, nos permiten alcanzar el objetivo general. Podemos plantear dos o más objetivos específicos.

No se deben confundir los objetivos con actividades o procedimientos metodológicos.

La primera palabra que se utiliza en la formulación de los objetivos en los proyectos de investigación son verbos en infinitivo:

Comprender…

Conocer…

Describir…

Comparar…

Teorizar...

Explicar…

Experimentar…

Los objetivos deben ser definidos de tal manera que podamos verificar su logro al final del proyecto.


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